Sudores de la noche

Oscuro y de color negro, te acompaña el silencio de los sueños
en donde las casas erguidas parecen féretros de muertos
y en medio de ese adormecido calor presiento,
el fuego de amor que algunos tuvieron.

Atreves de sus ventanas, llegan a mí, lejanos recuerdos
de horas de claridad donde sudaban nuestros cuerpos
pero hoy, todo se ha secado, me levanto y me voy y todo es silencio,
como el río que se secó porque las aguas cogieron otro riachuelo.

Busco si acaso perdido, aguas de ríos muertos,
le ofrezco mi amplio cauce, limpio ya de recuerdos
donde sus aguas circulen mansas sin ramas ni atolladeros
y puedan nadar los peces como hace años, mis aguas tuvieron.

Que cauce no es río si el agua no circula por dentro
como la carne que duerme junta y de la noche no sale un beso,
silencio y noche oscura, mas bien es preludio de muertos
que yacen languidecidos cuando no hay sentimientos.

Silencio en la noche fría cuando el Sol no ha vuelto,
cuerpos dormidos en camas, solo son cuerpos, solo eso,
cuando nada me dices y yo ni a mi lado te siento,
las sabanas siguen frías...los cuerpos, sudor no tuvieron.

Y tú, das vueltas y más vueltas en tu lecho de muerto
añorando que en algún sitio... podrían esperar tu cuerpo,
bastaría una mirada para arrancarte un beso
y así pasas las horas, en tus/mis largas noches de silencio.

¡¡¡ Y el Viento del Suroeste llegó de madrugada...!!!

¡¡¡ Tanto os llevaré cuando el Viento me lleve... !!!
y el Viento llegó una noche oscura como su recuerdo me dejaba,
dicen que solo grité ¡¡¡ llamar a una ambulancia porque mi cuerpo
se partió por dentro ... mientras el Viento insistía " ¡¡¡ vamos ya es hora de tu marcha...!!!

No recuerdo nada de los 45 días postrado en aquella cama
porque me sentía feliz al creer que allí ... toda mi vida pasara
¿ mujer, hijos, nietos... amigos? cual extraños por mi mente pasaban
y sobre todo a las 8 de la mañana cuando las luces todo lo iluminaban.

Solo los recuerdos de extraños sueños que por mi mente volaban,
secuestrado por los árabes y despues los israelitas que tampoco me dejaban,
estos querían CRUDO para cargar sus bombas incendiarias y los otros
querían carreteras, casas y colegios que los anteriores no les dejaban.

Eran tan reales los Sueños que el recuerdo de sus voces... miedo me daban,
pero al despertar el ALBA, empecé a valorar las pequeñas cosas
que por rutina tenía olvidadas, como ver lavar las manos al personal sanitario
bajo un chorro de fresca, transparente y suave agua.